El viernes 15 de diciembre, me desperté con el objetivo de conseguir atención médica para Dieng. A las 11 de la mañana, nos dirigimos hacia Diourbel, una ciudad situada a unos 60 km, con la esperanza de encontrar un hospital que pudiera ayudarla. Al llegar, mi primera impresión del hospital fue negativa: viejo y descuidado. Sin embargo, parecía que aquí sí nos atenderían. Localicé a una persona que parecía manejar el caos de la entrada de urgencias, un hombre llamado Bamba. Supongo que mi aspecto de extranjero con bata médica le llamó la atención, y se detuvo para atenderme. Rápidamente le mostré un video de las curas que le hacía a Dieng, y Bamba, que resultó ser enfermero, se interesó. Me llevó aparte y hablamos sobre el sistema sanitario español. Incluso hablamos de la posibilidad de colaborar en casos complejos. Finalmente, Bamba se encargó de que Dieng fuera atendida rápidamente, logrando acceso al hospital.
La Dura Realidad de la Atención Médica
La segunda parte de la jornada comenzó con la evaluación médica de Dieng. Los médicos dijeron que debían amputarle la mano, algo que me pareció una solución demasiado drástica. Hablé con ellos, argumentando que Dieng, a pesar de su grave condición, merecía una oportunidad de responder al tratamiento. Sorprendentemente, aceptaron esperar y tratarla primero, diagnosticando gangrena diabética no tratada. La sanidad aquí no es gratuita, y comenzó un proceso de pago que incluía desde analíticas hasta la medicación necesaria. Tuve que coordinarme con mi familia en España para recaudar fondos, ya que los gastos incluían incluso la gasolina de la ambulancia. Este proceso, completamente ajeno a nuestros conceptos europeos de sanidad, me hizo valorar aún más nuestras ventajas.
El sistema de pago en el hospital de Diourbel fue un desafío. Cada servicio requería un pago previo, y era necesario pasar por diferentes departamentos para obtener la autorización y los suministros médicos necesarios. Esto incluía medicinas, analíticas y hasta la gasolina para la ambulancia. Solicité a mi familia en España que organizaran una colecta para cubrir los gastos de Dieng, ya que la magnitud de los costos era considerable. Esta experiencia me hizo reflexionar sobre las enormes diferencias entre los sistemas de salud europeos y africanos, y cómo la falta de recursos puede complicar aún más situaciones ya de por sí difíciles.
La Importancia de la Colaboración Internacional
La conversación con Bamba, el enfermero, destacó la importancia de la colaboración internacional en el campo de la salud. Bamba mostró un gran interés en el sistema sanitario español y la posibilidad de aprender y aplicar algunas de nuestras prácticas en su entorno. Esta experiencia me hizo darme cuenta de que, aunque los desafíos son enormes, hay profesionales dedicados en todas partes del mundo dispuestos a mejorar la atención médica. Invité a Bamba a España para que conociera nuestro sistema sanitario de primera mano, una invitación que espero pueda concretarse en el futuro.
El viernes terminó alrededor de las 20 h, agotado y hambriento, ya que no había comido en todo el día. Sin embargo, la satisfacción de haber logrado que Dieng recibiera la atención médica que necesitaba compensó con creces el cansancio. Este día fue un recordatorio de la lucha diaria de muchas personas en África por acceder a servicios de salud básicos y la importancia de la solidaridad y la cooperación internacional para hacer frente a estos desafíos. Aunque el camino fue arduo, la sensación de haber cumplido con mi objetivo fue profundamente gratificante.