Primer Día en el Dispensario

El 8 de diciembre comenzó mi jornada a las 8 de la mañana. Siendo mi primer día aquí, me siento completamente desubicado, aunque siempre rodeado de niños. Poco después, llegó Itzi, otra voluntaria y estudiante de enfermería, que estaba en su último día después de tres meses de trabajo. Juntos nos dirigimos al dispensario, donde Itzi y Jan son los encargados de las tareas diarias.

El dispensario está gestionado por Papandu, quien actúa como médico aunque en realidad es enfermero y es pagado por el estado. Itzi me explica algunos detalles y me muestra las instalaciones. Todo tiene un aspecto descuidado y sucio; es increíble lo que ven mis ojos. No existe la limpieza adecuada y mucho menos la asepsia. El material está oxidado y se desinfecta con agua y lejía.

Las Condiciones del Dispensario

Itzi me muestra la sala de vacunaciones, que es la mejor parte del dispensario. Allí tienen una nevera con abundantes vacunas. Itzi me comenta que pondré muchas vacunas durante mi estancia. A pesar de las condiciones precarias, la disponibilidad de vacunas es un aspecto positivo en un entorno tan desafiante.

Comenzamos a trabajar y la mayoría de los pacientes requieren curas de heridas que se han ulcerado. En las condiciones en las que se tratan y viven, es comprensible que las heridas se agraven de esta manera. La falta de higiene y el equipo inadecuado complican el tratamiento, pero hacemos lo mejor que podemos con los recursos disponibles.

Lecciones y Reflexiones del Primer Día

Después de atender a unos diez pacientes en condiciones tan adversas, concluye mi primera jornada. A pesar de las dificultades, ha sido un día sorprendente y muy enriquecedor en términos de conocimiento de otras formas de vivir. He aprendido mucho sobre las realidades de la atención médica en este contexto y sobre la resiliencia de las personas que trabajan y viven aquí.

La experiencia me ha hecho reflexionar sobre la importancia de la higiene y la adecuada desinfección en los servicios de salud. La situación en el dispensario es un recordatorio de las desigualdades en el acceso a la atención médica de calidad. Sin embargo, también he visto el compromiso y la dedicación de los voluntarios y trabajadores locales, que hacen todo lo posible para brindar atención a quienes lo necesitan.

En resumen, mi primer día en el dispensario ha sido una lección de humildad y aprendizaje. A medida que continúe mi trabajo aquí, espero contribuir de manera significativa y aprender aún más sobre la atención médica en entornos de recursos limitados.

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